17 de febrero de 2010

AUNQUE NO.


Son tantas las ganas que tengo a veces de verte...

Son tantas las veces en que pienso como estarás... que estarás haciendo....

Son tantas las veces que veo al cielo sin nubes con formas, que imagino entonces tu sonrisa para poder sonreir yo.

Y te me apareces de improvisto (como se aparecen todas las musas), atacando por la espalda cuando uno no las espera.

Y ahí se quedan (y ahí te quedás) hasta que las palabras colman el límite del silencio, y se derraman sobre el teclado, sobre el papel, con fuerza de surcos que trazan un camino que
-quién sabe!- me pueda guiar a vos.

Para volver a sonreir. Aunque no haya nubes.