18 de septiembre de 2010

VERTIGO



¿Cómo diferenciar "lo esperado" de "lo deseado"?

Lo deseado, siempre es esperado.

Lo esperado, no siempre es deseado.

Es por eso que un beso es

-siempre-

la antítesis de la muerte.

1 de septiembre de 2010

EPIFANIA DIARIA #03

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23 de agosto de 2010

EPIFANIA DIARIA #01

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16 de julio de 2010

100 BESOS DESPUES DE


Uno, dos, tres, cuatro... se suceden como una metralla nerviosa. Breves. Tibios. Diez, once, doce... el cuerpo todavía sonríe, el alma aún late. La caricia es una sola pero se prolonga, y a su paso repite sensaciones apenas pasadas... como mirar la propia sombra, que sigue estando allí al apagarse la luz.

Veinticinco... ventiseis. El tiempo se aletarga: se pone a tono de los amantes. Es un paréntesis, un páramo, el corazón del tornado. Nada se mueve excepto los ojos, buscando complicidad para un nuevo beso. Veintisiete. Y otra vez los dientes -ahora propios- mordiendo el labio. "¿Cómo te convencí de llegar hasta acá?".

Cuarenta y dos. ¡Qué grande sería esta cama sin vos! Pienso al dar la vuelta y observar ese mar picado de sábanas revueltas que me separa de la otra orilla. Luego los ojos en el cielo raso y tu voz como un GPS que me indica otra vez el camino correcto: cuarenta y tres. "¿Dónde fuiste?". Lejos: al otro lado de la cama.

"¿Dormís?". No... solo disfruto tus caricias. Setenta y uno. Casi todo es quietud. Nada ocurre. No en el espacio seguro de sus brazos. No en la trinchera calma de sus piernas. Te sentís en paz con vos... setenta y dos. Y sos feliz.

"¿Qué hora es?". Son las... noventa y cinco. "¿Qué día es hoy?" Noventa y seis. Del suspiro al bostezo disimulado. Del bostezo a la pregunta. "¿Cuánto falta para la próxima vez?" Noventa y siete. Dormí. Noventa y ocho. "Ojalá sueñe con vos". Seguro: voy a estar al lado tuyo. Noventa y nueve.

Tu cabeza en mi hombro, mi mano en tu cintura y la tuya en mi pecho. Cerrás los ojos y sonreís satisfecha mientras caes dormida. "¿Cómo te convencí de llegar hasta acá?". La respuesta tampoco está en el cielo raso, que de apoco se oscurece... hasta quedar... Cien.

17 de febrero de 2010

AUNQUE NO.


Son tantas las ganas que tengo a veces de verte...

Son tantas las veces en que pienso como estarás... que estarás haciendo....

Son tantas las veces que veo al cielo sin nubes con formas, que imagino entonces tu sonrisa para poder sonreir yo.

Y te me apareces de improvisto (como se aparecen todas las musas), atacando por la espalda cuando uno no las espera.

Y ahí se quedan (y ahí te quedás) hasta que las palabras colman el límite del silencio, y se derraman sobre el teclado, sobre el papel, con fuerza de surcos que trazan un camino que
-quién sabe!- me pueda guiar a vos.

Para volver a sonreir. Aunque no haya nubes.

3 de enero de 2010

PRONOSTICO EXTENDIDO


Abro mis labios:
"Cada gota, un húmedo beso".
Pienso. Siento.
O quizás,
"Cada gota, un reto".
Un reclamo.
Tal vez hasta para las nubes
sea evidente
que voy en la dirección contraria.
"No estoy dormido: solo soñando".
Pero no entienden:
el despertador natural insiste
con los retos. Los húmedos besos.
Truena el cielo
deslinda responsabilidades:
"Tiempo no es lo mismo que clima".
Y sin embargo, he de superar a ambos.
Conozco el camino que me lleva
a tu lugar y a tu sonrisa
y a tu mirada que me avisa que
"tiempo no es lo mismo que clima".
Ya lo sé.
Pero abro mis labios e igual espero,
a superar la prueba del tiempo
y que seas vos
entonces
quien llueva sobre mí.
En cada gota.
Cada húmedo beso.