Como en el cuento donde la tortuga le disputa una carrera a la liebre, me propuse correr contra tu recuerdo.
Como la liebre, voy confiado de mis ventajas, seguro de manejar las distancias. Voy convencido de que al voltear ya no voy a verte: ha de ser suficiente saber que no estás en mi camino.
Como en el cuento -como la liebre- voy pisando confiado el suelo que conozco: ya enfrenté justas como esta en el pasado, pensaba. No necesito correr.
Pero al intentar pasar la página, la historia que ya conozco no deja de sorprenderme. Y cada vez que levanto la vista encuentro rastros de vos que -como en el cuento, la tortuga- te multiplicás en los rincones.
Y no importa cuánto corra ni en qué dirección: el camino ya está marcado por tus huellas, que lo surcaron un instante antes de mí.
Como en el cuento donde la tortuga le disputa una carrera a la liebre, me propuse correr contra tu recuerdo... y he perdido cada día desde entonces.
Y ahora no sé si era un cuento o será una fábula. Pero... es que no me gusta la moraleja.
6 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)